Córdoba: la Justicia avaló que una pareja gay tenga un hijo por gestación solidaria
El tratamiento tiene un costo de hasta US$ 10 mil en una clínica cordobesa, y los futuros padres están a la espera de que la obra social se haga cargo de la financiación.
Lucho (35) y Andrés (34) están enamorados. En el mes de julio cumplirán seis años juntos. Hace poco más de un año decidieron ser padres, pero los trámites de adopción son largos y burocráticos. Entonces, Mariana (44), una amiga de la pareja les ofreció a Luis y Andrés, convertirse en una “gestante solidaria”, una figura que no existe en la legislación actual, pero que un juez de Villa María aceptó cómo válida y le dio curso a la solicitud judicial realizada por la pareja y su amiga.
Ahora, esta joven pareja de Villa María y su amiga donante esperan que OSPIA, la obra social de Lucho, cubra el tratamiento de fertilización asistida, que tiene un costo que llega a los US$ 10 mil, “una cifra imposible de reunir para una familia de trabajadores”.
Luis “Lucho” Renaudo está esperanzado y ansioso con la paternidad: “Con Andrés tenemos muchas ganas de ser padres, estuvimos evaluando la posibilidad de adoptar, pero de por sí el trámite de adopción es engorroso para una pareja heterosexual; los tiempos para nosotros, una pareja de dos varones, son más largos. Nos pusimos a estudiar el tema con nuestras abogadas Nadia Parolin y Nailé Prandi, y una posibilidad es la subrogación de vientre que se está promocionando mucho con mujeres ucranianas; pero también está la figura de la gestación solidaria; que es nuestro caso. Mariana, una amiga mía de muchos años, cuando le contamos nuestra idea, se ofreció a llevar ella a nuestro hijo, nos dijo “yo voy a ser el nidito”. Y la verdad que nuestro caso sienta un precedente y jurisprudencia en la provincia de Córdoba”.
Lucho, Andrés y Mariana viven en Villa María, una ciudad de 85 mil habitantes ubicada a 150 kilómetros al sudeste de esta Capital. Los tres presentaron una demanda ante la Justicia local para lograr que la hija o hijo de esta relación lleve en su DNI el nombre de sus dos padres varones, en vez de la norma actual que dice padre y madre; y el juez Sebastián Monjo, titular del Juzgado Civil, Comercial y de Familia de Cuarta Nominación de Villa María, les hizo lugar: “Por otra parte, rechazar la gestación solidaria (GS) afectaría el derecho a la igualdad por orientación sexual, puesto que la gestación solidaria es la única opción que tiene una pareja compuesta por dos varones de tener un hijo genéticamente propio (aunque de sólo uno de ellos”; señaló el magistrado en su fallo.
El juez Monjo agregó: “Me encontraría frente a una desigualdad de trato no razonable en virtud del sexo de los progenitores, que biológicamente no pueden concebir y llevar adelante un embarazo sin auxilio de un tercero. Así, si se consagra la igualdad de acceso a las técnicas de reproducción humana asistida (TRHA), negar esta alternativa nos conduce a una discriminación por razón del sexo y de la orientación sexual, ya que pueden acceder dos mujeres o una pareja heterosexual, pero no una pareja conformada por dos varones”.
Luis Renaudo contó a El Destape que “lo que nos impulsó a esta aventura fue un antecedente en Villa María, de una pareja heterosexual que en febrero de 2019 la Justicia le concedió la posibilidad de una gestación solidaria a través de una amiga, como nuestro caso”.
Andrés, en tanto, señaló: “Nuestro caso ya sienta un precedente, es el primer caso en la provincia de Córdoba y abre la posibilidad para que otras parejas gays puedan ser padres con una gestación solidaria; donde lo que prime sea el amor y una una transacción comercial. No nos hace falta ir a Ucrania, acá en Córdoba, tenemos la posibilidad de cumplir nuestros sueños”.
Luis, que es profesor de zumba y conductor de un programa de tevé en el Canal 20 de Villa María destaca que “la ley nos ampara, está contemplado entre los derechos del niño por nacer; ya que todas las personas tienen acceso a los métodos ya conocidos y los que surjan de nuevos avances científicos. Y nuestro caso es el de un donante masculino que puede ser Andrés o yo; y un óvulo femenino al que accedemos en el Banco de Ovulos de Córdoba; acá no es como en EE.UU. donde las empresas ofrecen una cartilla con características físicas de la o el donante. Acá hay una evaluación genética. Y Mariana, nuestra amiga, es la donante del vientre, la que curdará el embarazo. La donante del óvulo no será la mamá y la gestante, tampoco será la mamá. El bebé, tendrá dos padres y no tendrá madre”.
Andrés aclara que “la gestación solidaria y la subrogación de vientre son parecidas, pero no son lo mismo. En la gestación solidaria impera el amor, es un acto altruísta, donde no hay dinero de por medio ni intercambio monetario alguno. Para que una mujer pueda ser gestante solidaria se debe cumplir con tres requisitos: que el acto sea altruista, como es el caso de Mariana; la mujer debe haber sido madre con anterioridad, y Mariana tiene un hijo adolescente; y no debe tener un vínculo genético directo con el bebé, o sea, no tiene que ser donante del óvulo”.
Las negociaciones con la obra social OSPIA –Luis es afiliado por su monotributo- están bien encaminadas y esperan conseguir el financiamiento para el tratamiento de fertilización asistida en una clínica de la ciudad de Córdoba. Mientras que la prepaga de Andrés, Parque Salud directamente cortó toda comunicación con la pareja: “Nos soltaron la mano cuando les dijimos que éramos una pareja de varones. Solicitamos un análisis cromosómico de cariotipo Banda Q y nos contestaron que no estaba incluido en la cartilla de prestaciones médicas obligatorias (PMO)”, reclamó Andrés.
“Esperamos que, en medio de esta pandemia que relentiza todas las diligencias; nuestra obra social nos responda favorablemente y podamos financiar el tratamiento. Argentina, por suerte, es un país de derechos civiles que hizo punta en América latina, no es poco”, sostuvo Lucho Renaudo.